#Quitaunanuncio
Vari@s ciudadan@s nos indignamos diariamente por la contaminación visual que vemos todos los días en nuestras ciudades y varios habíamos intentado hacer algun llamado a la acción en las redes sociales, similar al que han hecho en algunos países de América Latina, por el cual se convoca a la ciudadanía a retirar esos anuncios de publicidad y la propaganda electoral que afean las ciudades y que son colocados en lugares que violan la ley.
La semana pasada un grupo de twitteros finalmente tomó la iniciativa y armó una pequeña movilización que ojalá se replique en varias colonias de la Ciudad de México y en todo el país. En este link va una guía para quitar la propaganda electoral de tu ciudad. Abajo, José Calvo (@corbu000 en Twitter) se dio a la tarea de documentar en video la acción del sábado pasado.
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Los parquímetros
Llevo diez años viviendo en Polanco y tengo una relación de amor odio con mi colonia. De esos diez, cinco he sido “población flotante” y los otros cinco los he vivido aquí de tiempo completo, por lo que creo haberme vuelto más sensible a observar el deterioro y/o las mejoras de una de las zonas más privilegiadas de la Ciudad de México, pero también una de las más conflictivas.
En este tiempo he visto cómo hay momentos en los que el pavimento de las calles parece zona de desastre, las lámparas de los camellones están fundidas, las banquetas destruidas, el agua de las fuentes de color verde, los antros más ruidosos, los edificios más altos y el tráfico cada vez peor. También he vivido momentos en los que veo a la delegación reparando camellones, cortando césped, cambiando luminarias y a las grúas con cero tolerancia a coches estacionados en las banquetas. Creo que estos periodos de respuesta se dan “mágicamente” cada tres años que se acercan las elecciones.
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Yo (Corazón) DF
Una buena campaña que idealiza nuestra conflictiva, pero bella ciudad, para fomentar el turismo internacional.
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El huipil de Beatriz y la Ciudad
“Soy el único que puede detener a Beatriz, solo yo sé cómo hacerlo. Solo yo puedo salvar a la ciudad”, escuché decir muy convencido a Porfirio Muñoz Ledo a las afueras de un hotel dominicano hace menos de dos meses, mientras con una mano sostenía una copa y con la otra lanzaba piquetes de dedo a la panza de un joven legislador.
Así como en la política nacional parece haber ese sentimiento de inevitabilidad compartido: ahí viene de regreso el PRI, peinado con el copete de Enrique Peña Nieto y nada podrá detenerlo, en la política de la Ciudad de México también se reproduce tal sentimiento: ahí viene de regreso el PRI, arropado en el huipil de Beatriz Paredes y nada podrá detenerlo (ni siquiera Porfirio).
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