Orgasmo femenino
Hysteria, una película dirigida por Tanya Wexler que se estrenó este fin de semana en Estados Unidos, narra el origen del vibrador. Aquí la reseña del NYT en la cual se cuenta cómo fue inventado como medio para tratar “la histeria” femenina y abajo el corto. Y en este vínculo, una lectura clásica del feminismo “El mito del orgasmo vaginal”, de Anne Koedt.
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Contra la RAE
Luce Irigary argumenta que las mujeres constituyen una paradoja, si no una contradicción, dentro del discurso de la identidad. Las mujeres son el “sexo” que no es “uno”. Dentro de un lenguaje predominantemente machista y falocéntrico, las mujeres constituyen lo irrepresentable. En otras palabras, las mujeres representan el sexo que no puede ser pensado, una ausencia y opacidad lingüística. Dentro de un lenguaje que descansa sobre la significación unívoca, el sexo femenino constituye lo indelimitable e indesignable. En este sentido, las mujeres son el sexo que no es “uno” sino múltiple. En oposición a Beauvoir, para quien las mujeres son designadas como el Otro, Irigaray argumenta que tanto el sujeto como el Otro son pilares masculinos de una economía de significación falocéntrica que consigue su objetivo totalizador mediante la exclusión total de lo femenino. Para Beauvoir, las mujeres son el negativo de los varones, la carencia con respecto a la que la identidad masculina se diferencia a sí misma. Para Irigaray, esta dialéctica particular constituye un sistema que excluye una economía de significación totalmente diferente.
Judith Butler, Gender Trouble.
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¡El Tupper te hará libre!
Tupperware!, un documental sobre la situación social, económica y política de las mujeres estadounidenses en el escenario post Guerra Mundial y cómo Tupperware y sus productos dieron a millones de mujeres una opción de salida a una vida encapsulada en lo que Betty Friedan, la famosa feminista estadounidense, llamara “el problema que no tiene nombre”. Enjoy…
Watch Tupperware! on PBS. See more from American Experience.
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Los y las que no figuran
Porque el ser un parásito (que es eso lo que somos, más que las víctimas) no deja de tener sus encantos . Pero cuando el desarrollo industrial del país nos obligue a emplearnos en fábricas y oficinas, y a atender la casa y los niños y la apariencia y la vida social y, etc ., etc., etc., entonces nos llegará la lumbre a los aparejos . Cuando desaparezca la última criada, el colchoncito en que ahora reposa nuestra conformidad, aparecerá la primera rebelde furibunda.
Rosario Castellanos
Hay personajes a quienes la historia ha mantenido en un segundo plano. Hombres y mujeres que han estado injustamente en los pies de nota de los libros o como uno de esos personajes a quienes la historia no ha dado el lugar que se merecen.
Así, por ejemplo pienso en Bayard Rustin, el ideólogo de Martin Luther King Jr. en Estados Unidos, el hombre que le enseñó al doctor King la filosofía de la resistencia pacífica de Gandhi, el operador político que organizó la marcha a Washington de 1963 a quien la narrativa histórica del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos invisibilizó por una simple razón: Bayard Rustin era un negro homosexual y en 1963 ello conllevaba una doble carga de prejuicio.
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