¿Naces o te haces?

Posteado por en Jun 28, 2013 en Fabrizzio Guerrero, Libros | 0 comentarios

Portada del libro de Fabrizzio Guerrero.

Portada del libro de Fabrizzio Guerrero.

Ayer presenté en el Marrakech Salón el libro “¿Naces o te haces? La ciencia detrás de la homosexualidad, escrito por Fabrizzio Guerrero bajo el sello de Editorial Paidós. Va abajo el texto que escribí para presentarlo.

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Una reciente encuesta telefónica de MVS reveló que un 51% de los participantes dijo que los homosexuales nacen, mientras que un 39% cree que se hacen, lo cual me sirve para introducir este libro que lleva por título la pregunta ¿Naces o te haces? (así, en pregunta directa) y como subtítulo: La ciencia detrás de la homosexualidad.

 

Confieso que cuando me invitaron a presentar el libro con este título mi primera reacción fue decir no, pero cuando vi la biografía de Fabrizzio me detuve un momento y pensé: ¡un biólogo y Doctor en Filosofía de las Ciencias escribiendo sobre este tema! La verdad, no pude contener la curiosidad y pedí que me mandaran el libro de inmediato.

 

¿Por qué había pensado que no?. Por varias razones. La primera es porque tras varios años de pensar yo mismo en esta pregunta he rechazado los argumentos biológico-deterministas. Esos que dicen que en efecto la orientación sexual es natural, que se da o que incluso existe un gen gay al que le debo mi orientación sexual y no a las múltiples horas que pasé viendo a Lynda Carter como la Mujer Maravilla o al musculoso He-Man en calzones o aprendiendo las coreografías de Madonna. Creo que los argumentos deterministas (eso de que nacimos así y no podemos hacer nada en contra de la naturaleza o del designio divino) no permiten pensar en que la sexualidad es fluida, como diría la Judith Butler.

Yo mismo prefiero llamarme hombre sexual porque yo confieso ante dios todopoderoso y ante ustedes marraqueanos que no puedo evitar cuando me topo con un rubio ojiazul en la calle o un moreno de fuego en el gimnasio verlo con lujuria y desearlo con el pensamiento, la palabra y la omisión. Por mi culpa, por mi gran culpa. Pero cuando veo en una conferencia o en un antro a una mujer espectacular, con unos senos y un culo hermoso vuelvo a desear y vuelvo a pecar y por eso le ruego a santa maría siempre virgen… ok no.

Es decir, rechazo los argumentos biológico deterministas a título personal porque me parecen limitantes de la conducta sexual, del deseo, de la calentura, de la atracción y de todo lo que conlleva la complejidad humana. Entiendo y sé que el determinismo biológico sirve en ocasiones como un argumento para el activismo político también. Después de todo, cómo le hacemos para luchar contra esos charlatanes que ofrecen la “cura” para la homosexualidad si no es aventándoles en la cara el argumento de así somos porque así nacimos, así somos porque tenemos el “gen gay” o así somos porque así nos hizo Dios y es natural, como lo es en muchas de las otras especies del reino animal, como nos cuenta en su libro Fabrizio.

Creo que si es que acaso realmente exista ese “gen gay” es un gen oportunista, que a veces negamos su existencia y en otras lo afirmamos como un discurso necesario.

Después de todo, cómo podría el activismo LGBT defender el deseo de una persona del mismo sexo solo con revindicar que la homosexualidad también puede ser una elección, a modo de “yo probé la vagina,  probé el pene y prefiero el último”. ¿Hay o no acaso homosexuales por elección? ¿Hay o no homosexuales nada más por el pinche gusto y el placer de acostarse con alguien del mismo sexo? Pero cómo podemos hacerle entender un argumento así y reivindicarlo a un heterosexual tan heterosexual como Felipe Calderón o George W. Bush, esas aberraciones, esos hermanitos de leche del gen antihomosexual.

Por todo ello, celebro el libro de Fabrizzio e invito a leerlo, a pensarlo a debatirlo. Porque contiene una buena introducción a todas estas preguntas. Lo mismo desde la sección primera en la que el autor se hace a la tarea de contar la historia de la homosexualidad, desde la primera persona, desde su yo, primero para narrarnos lo que creo que muchos de los que estamos aquí hemos vivido: el despertar de la sexualidad, el sentirnos atraídos por alguien del mismo sexo desde temprana edad y el sentirnos únicos en el mundo, aterrados, sentirnos anormales por la asfixia que puede provocar vivir en un mundo heteronormativo y por tanto sentirnos culpables por esa pinche tradición judeocristiana de la culpa.

De ahí, Fabrizzio ofrece una cuidada monografía histórica, que nos encuentra en algunos sujetos en la Antigüedad clásica griega, sujetos que aún no se llaman homosexuales, pero que tienen conductas sexuales con personas del mismo sexo, para saltar al siglo XVIII y la ciencia y lo que para muchos es conocido como la “invención de la homosexualidad”. Invención porque el término homosexual es acuñado apenas en 1869 y de ahí la ciencia médica lo usa y la cultura lo adopta y se globaliza gracias en parte a los juicios públicos de Oscar Wilde a fines de 1895 y a lo que el autor llama “el imperialismo de Occidente y su pretensión de revelar la verdad de todo y para todos”.

De la historia, Fabrizzio entrega un compendio de los argumentos que la ciencia ha ofrecido para explicar la homosexualidad, que si los cromosomas y el hipotalamo, que si los genes, que si Darwin y las teorías de la evolución, que si los cerebros plásticos, etc. En esta segunda parte me parece pertinente y necesario rescatar la pregunta a la que invita a reflexionar el autor. ¿Y los heterosexuales qué? Por qué hay tal interés en teorizar la homosexualidad, pero no la heterosexualidad.

Finalmente, en la última sección del libro, Fabrizzio nos lleva al terreno de lo que él llama desenlaces y la abre advirtiéndonos que no va a dar una respuesta a si nacemos o nos hacemos y con ello me quedo. Porque creo que esa respuesta no es posible, porque coincido con el autor en ver que la ciencia es un discurso, un batalla por el performance de la objetividad. Y sin embargo, y con esto cierro, la pregunta no deja de ser pertinente. Porque preguntarse si ¿nacemos o nos hacemos? adquiere relevancia para la educación de la otredad. Porque sin libros como el que hoy nos reúne, sin argumentos interdisciplinarios como los que ofrece el autor, nos quedamos sin armas para el debate público ante los familiares con los que salimos del clóset y no tienen ni idea de cómo reaccionar. Porque sin herramientas teóricas nos quedamos sin argumentos contra los gobernadores a los que les damos asquito, o ante los legisladores que nos niegan el derecho al matrimonio o a una cirugía de reasignación de sexo, porque los argumentos que presenta Fabrizzio son un excelente mapeo de los debates científicos e intelectuales en torno a la cuestión homosexual. Porque como dice el autor parafraseando a Frank Kameny: en el tema de la homosexualidad los expertos son los homosexuales y tuvimos que aprender ciencia para poder argumentar en contra de los sesgos homofóbicos y para contraargumentar que hay en los homosexuales lo mismo que en los heterosexuales: una humanidad con deseo sexual y una humanidad con afectos y amores diversos, a veces incluso poliamorosos. Y nada, que viva pues la sexualidad libre -y sí mientras siga existiendo el VIH sida lamento acotarlo a que viva la sexualidad responsable- que viva la diversidad, las locas, las afeminadas, y que vivan las pasivas -gracias a la diosa que existen las pasivas… y las versátiles- que vivan las machorras, las trans, que vivan los y las queers, que vivan los bugas progay y también los homofóbicos con los que hay que debatir y ganarles con argumentos y que viva el amor y los amores que no temen a decir su nombre.

¿Naces o te haces?

Fabrizzio Guerrero

Editorial Paidós