Carta a Peña Nieto

Posteado por en May 22, 2013 en Columna, Conapred, Homofobia, LGBT, Lía Limón, Ricardo Bucio | 0 comentarios

Estimado Ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Licenciado Enrique Peña Nieto: (¿así son todos los títulos?)

Te conocí el año pasado en un desayuno en el Piso 51 cuando aún eras precandidato presidencial. El desayuno era convocado por el periodista Alberto Tavira, quien organizó una serie de encuentros en los que periodistas, académicos y activistas interesados en los temas de los grupos lésbicos-gays-bisexuales-transexuales-transgénero-travesti-intersexuales (LGBTTTI) o de la llamada diversidad sexual nos reunimos con varios aspirantes a la presidencia. En otra fecha también fue Vázquez Mota, mientras que López Obrador no aceptó participar.

Valoré tu presencia en ese desayuno y tu disposición a hablar de todo. Me quedé preocupado al ver que conocías muy poco sobre los temas de la diversidad sexual. Lamenté ver que no sabías qué hizo el Estado de México durante tu gestión para apoyar los temas de la diversidad sexual y cómo desconocías también la esquizofrenia del PRI “socialdemócrata”, que lo mismo ha apoyado el reconocimiento público de parejas del mismo sexo en Coahuila, que aprobado enmiendas constitucionales que blindan el matrimonio heterosexual en Yucatán. Me dio gusto ver cómo ante una demanda de uno de los asistentes de que buscaras que el matrimonio gay fuera nacional tú le diste una respuesta institucional al explicarle que el matrimonio era “competencia de los estados”, pero lamenté que no vieras el juego de Dr. Jekyll y Mr. Hyde de tu partido en esta materia.

Te fuiste de ese desayuno con la promesa de que no serías un presidente que usaría las instituciones del Estado para bloquear derechos a las poblaciones LGBT, como hizo tu antecesor Felipe Calderón.

El pasado 14 de mayo celebré que finalmente el ISSSTE empezara a registrar a las parejas del mismo sexo que se han casado en el DF. Ello se debe en especial al trabajo e insistencia de activistas como Lol Kin Castañeda y su esposa Judith Vázquez, entre otras parejas, quienes con ayuda del Conapred pelean por ese derecho desde 2011.

Vi con buenos ojos el pasado 17 de mayo que en tu cuenta de Twitter pusieran unos mensajes sobre el día del Internet y unos más tarde sobre el día internacional contra la homofobia, aunque te faltó decir que también es el día contra la transfobia y creo que no te contaron que desde 2010 Ricardo Bucio, del Conapred, aceptó erróneamente que en México el día se celebrara como el “Día Nacional por la Tolerancia y el Respeto a las Preferencias”. Este 2013 era la oportunidad para que mostraras una distancia con respecto a tu antecesor sobre este tema al corregir con una firma el nombre de ese día. Defrauda pensar que Lía Limón, tu subsecretaria de Derechos Humanos en Segob, y que el mismo Bucio no te hayan sensibilizado sobre el tema.

Es un error no llamar el 17 de mayo como el día nacional contra la homofobia y la transfobia. Invisibilizar es precisamente un acto de homofobia y es indigno que ese día internacional, celebrado desde 2004, sea conmemorado en México con eufemismos, cuando los congresos locales de entidades como el DF y Michocán lo celebran como es. Esos eufemismos son indignos porque ese día lo mismo podría yo celebrar mi preferencia por los cafés con leche de soya, como Esteban Arce su preferencia de usar lenguaje homofóbico en televisión. Es más ¿por qué no el próximo 17 de mayo hacen un stream desde el site de presidencia de la película “Los caballeros las prefieren rubias”?

En los últimos años se ha avanzado mucho en la agenda de la diversidad sexual en la Ciudad de México, motor de estos temas, con casos excepcionales como el de Coahuila y con alguna que otra ley contra la discriminación en varios estados. En el mundo también se ha logrado una ola de reconocimientos públicos de parejas del mismo sexo y legislación que toca otros temas como los crímenes de odio o leyes de identidad sexogenérica y en la atención a personas que viven con VIH-sida.

Tus homólog@s Barack Obama, Cristina Fernández, Francois Hollande, José Mújica y hasta el conservador David Cameron se han convertido en defensores del matrimonio gay porque es el lado correcto de la Historia. Porque el Estado no debe “tolerar”, sino incluir, respetar y poner un piso común para un acceso equitativo a la justicia. Porque muchas personas LGBTTTI también votaron por ti y porque en este país es común escuchar un “pero” después de que se habla de una persona LGBTTTI: “Yo tengo un mesero al que se le nota, pero hace bien su trabajo”. “Mi inquilino se viste de mujer, pero yo lo tolero porque paga la renta a tiempo.” “Está bien que hagan su semana de diversidad sexual, pero que no cuelguen un póster de dos mujeres besándose en la plaza de la Universidad.” “Vamos a darles su día nacional, pero quítemosle la palabra homofobia y transfobia”.

Por esas razones decidí renunciar a ser juez este 2013 del Premio Gilberto Rincón Gallardo, que cada año otorga el Conapred a textos que combaten la discriminación. Es una buena iniciativa, pero espero que mi renuncia y que esta carta ayude al debate de por qué hay que llamar las cosas por su nombre. Ojalá que 2014 pueda volver a ser juez del premio que honra el nombre de uno de los mayores defensores de la lucha contra la discriminación en México y que el 17 de mayo se llame como es.

PD:

Defender los temas de la diversidad sexual ocupa muchas cosas más que conmemorar un día, pero corregir este error sería una buena señal y no necesitas ni deberías esperar hasta 2014 para ello.

*Publicada originalmente el 21 de mayo del 2013 en la sección Opinión del Grupo Reforma.