Una aclaración

Posteado por en Jun 28, 2012 en Elecciones México, Josefina Vázquez Mota | 19 comentarios

Meme "I uncuchi cuchi you". Creado por el autor de este blog en memegenerator.net.

Meme. Creado por el autor de este blog en memegenerator.net.

Mucha gente leyó mi columna de esta semana en la que anuncié y expliqué mis votos este 2012. Creo que todo ciudadano debería hacer un ejercicio similar. Llenarse del máximo de información posible, haberle dado seguimiento puntual a las campañas, irse a la cama pensando en las propuestas, en las acciones, levantarse al día siguiente y seguir pensándolas en la regadera y a lo largo del día. Una vez pasado todo este proceso, decidir de manera informada su voto, razonarlo y escribirlo. Es un buen ejercicio.

Mis amigos en las izquierdas estaban felices con lo que escribí respecto a mis votos para el congreso federal, asamblea legislativa y la jefatura de gobierno, pero no con el que iba a ser mi voto para la presidencia. No podían entender que pensara votar por Josefina Vázquez Mota, pese a que expliqué mis razones. Muchos de los que algunos llaman “pejezombies” (no comparto el adjetivo) me denostaron, con descalificaciones ad hominem, en las redes sociales por esa intención de voto. Dediqué día y medio a contestar. Siempre pensaré que personajes así sólo ahuyentan la curiosidad de quienes quieren pensar su opción de voto mejor, pero yo siempre estaré dispuesto a defender lo que creo y siempre estaré abierto al diálogo.

Voté por AMLO en el 2006 no porque me encantaran sus propuestas. Voté por él porque me gustó su gestión en la Ciudad de México y sobre todo porque Vicente Fox, por quien voté en el 2000, me defraudó al meterse de la manera tan irresponsable y mediocre como hizo en la elección del 2006. Voté por Andrés Manuel por la campaña de desinformación y de ataques negativos y mentirosos por parte de la campaña de Felipe Calderón. Al final, todo mundo sabe lo que pasó en esa elección, la diferencia del voto del .56% y lo que siguió. No creo que haya habido fraude, pero sí una intervención lamentable de Fox en la contienda y un proceso electoral inequitativo.

Desde el 2007 le he criticado a Andrés Manuel López Obrador que sea de una izquierda incapaz de renovarse, de pensar en el sector privado como el principal motor del crecimiento económico. Parte de una izquierda que sigue hablando de oligarquías, de lucha de clases y de una izquierda para la cual los derechos de las personas lésbico-gays-bisexuales-transgénero, así como el derecho a decidir de las mujeres son “temas tan polémicos” que necesitan ser sometidos a consultas públicas, cuando está demostrado que esa herramienta trabaja siempre en perjuicio de esos derechos y cuando otros sectores de la izquierda, a quienes llaman “progresistas”, descalifican esta postura inamovible de Andrés Manuel, pero la ignoran porque “hay temas más urgentes”, porque “hay temas más importantes”.

Iba a votar por Vázquez Mota porque en privado me pareció una mujer mucho más liberal que lo que decía en campaña. Iba a votar por ella porque en privado criticaba los errores de Felipe Calderón y de los doce años de su partido en el poder. Iba a votar por ella porque me parecía abierta al diálogo y la que tenía el mejor discurso ciudadano. Iba a votar por ella porque sus propuestas económica, energética, de reforma política y de política exterior -los “temas que importan” según muchos de los críticos de mis críticas a Andrés Manuel- me parecían las mejores y porque ella había prometido que no mandaría acciones de inconstitucionalidad a la Suprema Corte si en algunos estados se aprobaban matrimonios entre parejas del mismo sexo y porque en distintas ocasiones declaró que estaba en contra de la criminalización de las mujeres por decidir sobre su cuerpo.

Empecé a ver en Internet el cierre de Josefina en Guadalajara. Se me destrozó el estómago al ver al gobernador Emilio González, el mismo que ha dicho que los gays le dan asquito, pero entendí su presencia. González le llenó el estadio a Josefina, así que lo ignoré. Sin embargo, cuando ella anunció que invitaba a Calderón a la PGR se me paró el corazón unos segundos. Inmediatamente después le retiré mi voto.

Para mí, Calderón representa la homofobia institucional por negarle derechos a las parejas del mismo sexo en las instituciones públicas del gobierno federal y por rechazar decretar un día nacional de combate a la homofobia. Para mí, Calderón será recordado más por los más de 60 mil muertos y por el dolor de los padres de la Guardería ABC, que por un “manejo responsable de la macroeconomía” (sí, no estamos como España o Grecia). Para mí Calderón ha tenido las peores procuradurías de un sexenio. Para mí, Calderón es en parte responsable por la polarización del 2006. Con esa invitación extraña, no puedo votar por Josefina.

Sigo pensando en que ella es valiosa, sigo pensando en que sí representa de lo mejor que tiene la clase política mexicana –como piensan muchos de sus colegas de todos los partidos políticos. Me quedo con ganas de verla después del 2 de julio y que me cuente por qué hizo esa declaración que para mí representa una patada al trabajo que hizo su equipo en acercarla a la sociedad civil, al diálogo con Sicilia, a la cumbre ciudadana, a los desayunos con grupos de diversidad sexual, a diálogos por la educación, al movimiento #YoSoy132 etc.

Me quedo hoy con las dudas de por qué declaró eso. ¿Por qué mandó a la basura el mensaje inicial de su campaña de “No gobernaré con amigos”? ¿Por qué perdió la palabra al prometer que es “diferente” invitando a Calderón? ¿Por qué invitar a Javier Lozano como titular de la Cancillería cuando el señor no tiene ni la más mínima vena diplomática? Quiero pensar mal y pensar que todo es un “yo acuso”, pero así no me arriesgaré. Ya le tocará a ella decir el porqué y si me lo quiere decir en una cena bienvenida. Si me lo quiere decir en una entrevista, mejor aún. Eso sí, así yo ni hoy ni el domingo voto por ella.

Queda pendiente la definición de mi voto. Hoy tengo ganas de anular. No me convencen las propuestas de López Obrador. Me gustan algunos nombres de su equipo, no todos. Lo conocí a él en el #debate132 y me pareció un hombre respetable y respetuoso, pero puntualmente no puedo con su propuesta de petrolizar de nuevo la economía. Tal vez sea mi formación en el ITAM, tal vez sea pensar que en esta década México empezará ya no a importar gasolina, sino a importar petróleo si no encontramos milagrosamente un nuevo Cantarell o petróleo en aguas profundas. Tal vez sea que las refinerías que propone me parecen descabelladas. Tal vez sea que no puedo con su propuesta de seguir subsidiando la gasolina.  Tal vez sea que no puedo pensar en que se niegue a que Pemex reciba inversión privada, como hace Petrobras para explorar petróleo en alta mar. No comparto su propuesta económica. No comparto su rechazo a la reelección legislativa. No comparto su proyecto de segundos pisos, ni comparto su conservadurismo en los temas que a mí sí me importan. No comparto la invitación a Bartlett ni a Bejarano, ni a Padierna. Aquí la mejor opinión que he leído de por qué sí votar por AMLO, y es de Gerardo Esquivel, quien ha buscado integrarse al PRD.

Más allá de eso, imagino el 2 de julio y los siguientes tres años. Si AMLO ganara el domingo, pero con un Congreso dominado por el PRI me pregunto cómo podría gobernar así. ¿Cómo podría dialogar con un Poder Legislativo dominado por quienes él ha llamado “la mafia”? ¿Cómo podría hacer posible todo o parte de lo que promete con un Legislativo así? AMLO no me parece un político conciliador y por este punto Josefina también me parecía una mejor opción.

No voy a criticar a Peña Nieto porque las críticas a él sobran. Sólo diré que algunas de sus propuestas no son malas, que deberían leerlas quienes no lo han hecho. Aquí Onésimo Flores tal vez sea el único valiente que argumenta claramente por qué votará por Peña. Yo sólo agregaré que tiene detrás a gente que podemos criticar, pero de cuya inteligencia no puedo dudar. Luis Videgaray es lo mejor que tiene la campaña de Peña Nieto y esto lo comparten hasta las personas más críticas de la candidatura del PRI. En mi caso lo que me impide votar por Peña Nieto, más allá de todos los cuestionamientos que se puedan hacer, es su falta de disposición para sentarse a oír a los jóvenes del #Yosoy132, evidenciada en no haber asistido al debate. Me parece que cometió un error.

Decidiré mi voto en la urna el domingo. Tendré todo el día para hacerlo, ya que seré funcionario de casilla. Josefina ya no es opción para mí y Quadri lo ha sido ni lo será. Si al final voto por AMLO será una vez más porque el nombre de Felipe Calderón me hizo votar por él que por otra cosa. Si al final voto por AMLO será como voto de castigo a Felipe Calderón en lo individual. Si al final anulo, estoy en mi absoluto derecho de hacerlo, como cualquier otro ciudadano. Así funciona también la expresión del voto. Al final México necesita que más ciuadanos salgamos del clóset, dialoguemos y pensemos nuestros votos.