Brasil se queda mudo
EL PAÍS RAQUEL SECO São Paulo 9 JUL 2014 – 00:34 CEST Tras el quinto gol en el bar ya reinaba el silencio, pero cualquier aproximación a la portería de Alemania seguía siendo un amago de infarto. “¡¡Vamos!!”, gritaban los de las mesas, y se agarraban exasperados las camisetas amarillas, las caras pintadas con los colores de la bandera. En el sexto alguien gritó a pleno pulmón: “¡Llegó lahexa!”, y empezaron los primeros aplausos. En el séptimo ya se escuchaban risas y vítores. Y el último, el único, fue recibido indiferente y en silencio. De la euforia...
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