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Celebra Poniatowska a los republicanos

Posteado por en may 13, 2014

Por: Silvia Isabel Gámez

Reforma/ México, 12 de mayo de 2014

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Elena Poniatowska compartió esta noche lo que llamó su "enorme devoción" por los republicanos españoles, de quienes, dijo, siempre atesoró su amistad.

En su primer acto público tras recibir el Premio Cervantes, la escritora presentó en el Ateneo Español de México el libro Memorias de posguerra. Diálogos con la cultura del exilio (1939-1975), del historiador y crítico de arte español Manuel García.

Poniatowska recordó a Juan Rejano, que parecía un toro de miura; a León Felipe, que la llamaba "polaquita"; a Joaquín Díez-Canedo, con su inseparable pipa y su "paciencia a toda prueba", editor de Terra Nostra, de Carlos Fuentes, un libro que, según Carlos Monsiváis, había que tener una beca Guggenheim para poderlo leer.

Memorias de posguerra, editado por la Universidad de Valencia, reúne 35 entrevistas, la mayoría a exiliados españoles, entre quienes figuran personajes "entrañables" para Poniatowska como el profesor Federico Álvarez, los fotógrafos Faustino y Julio Mayo, la escritora Concha Méndez y el politólogo Rafael Segovia.

"El gran exilio español en México nos subió a nosotros al cielo, al de la nobleza", dijo Poniatowska, "y al del heroísmo, porque nos enseñó que hay causas por las que vale la pena jugarse la vida".

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La escritora evocó también a Encarnita Fullola, que vivía pobremente en la calle de López. Siempre estaba en su silla de ruedas, y le contaba que había trabajado junto a Tina Modotti como afanadora. Sólo una tarde, después de unas copitas de jerez, le confesó que era también la guerrillera republicana que había ayudado a volar un puente y había sido retratada por Hemingway en su novela Por quién doblan las campanas.

García se disculpó por el hecho de que sólo hubiera tres mujeres en su libro: las pintoras Manuela Ballester y Paloma Altolaguirre -presente en el acto-, y la escritora Concha Méndez.

Y anunció un nuevo proyecto: "Compañeras de viaje", que incluirá a aquellas mujeres exiliadas, a veces opacadas por sus maridos, que vinieron a México a crear "su propio discurso".

"Mi homenaje personal a las mujeres que no están, porque no las encontré, o porque no sabía quiénes eran", dijo García.

El investigador Juan Ignacio del Cueto, otro de los participantes en la presentación, junto con la presidenta del Ateneo Español Carmen Tagüeña, celebró la gran cantidad de datos que aporta cada una de las entrevistas incluida en Memorias de posguerra, que se complementa con las numerosas notas a pie de página.

"Hay que ver el exilio como una experiencia de vida", consideró. "Este país fue para todos un destino afortunado".